Estudios de resonancia magnética demuestran que la
voz de una madre activa ciertas regiones cerebrales de su hijo
involucradas en el procesamiento de las emociones y las recompensas, las
funciones sociales y el reconocimiento facial. Esta reacción
neurológica sólo se observa para la voz materna, no de otras mujeres.
En el estudio participaron 24 niños de 7-12 años (edad media: 10,2 años)
que eran criados por su madre biológica. Todos ellos tenían un cociente
intelectual superior a 80 y ninguno padecía trastornos del desarrollo.
Los progenitores respondieron a preguntas sobre las habilidades de
comunicación de su hijo, lo que incluía su capacidad de interactuar y
relacionarse con los demás.
Luego se grabó a las madres de los niños mientras decían tres palabras
sin sentido. No querían usarse palabras que tuvieran significado porque
eso habría activado un conjunto de circuitos cerebrales completamente
distinto. Dos madres cuyos hijos no participaron en el estudio, y que no
conocían a ninguno de los participantes, también grabaron su voz
mientras decían las tres palabras sin sentido.
A medida que los niños escuchaban las grabaciones de su madre y de las
mujeres desconocidas, se tomaron imágenes de resonancia magnética de su
cerebro. Se halló que los niños podían identificar a su propia madre con
una precisión del 97%, incluso tras escuchar una grabación que duraba
menos de un segundo. Varias regiones del cerebro de los niños se
activaban más con el sonido de la voz de su madre que con la voz de la
mujer desconocida. Los niños con unas conexiones más potentes entre esas
regiones cerebrales cuando escucharon la voz de su madre también tenían
unas capacidades de comunicación social más fuertes.
Fuente: http://www.pnas.org/content/113/22/6295.long
Neurologia.com
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